Los contenedores de El Puche
“Me siento un poco perplejo.
Sin ser un ecologista activo, intento ser lo más respetuoso que puedo y sé con la naturaleza. A mi hijo de seis años intento enseñarle gesto que sean respetuosos con el medio ambiente; así, desde bien pequeñito, está aprendiendo a separar los diferentes residuos que generamos en el hogar para su buen tratamiento. Sigo haciéndolo aunque ahora no sirva para nada.
A finales del 2010, desde el Área de Medioambiente del Ayuntamiento de Almería se me convocó a una reunión el barrio de El Puche, donde vivo, para ver las carencias y necesidades que teníamos en esta materia en nuestro barrio.
Le informamos de algunas, a saber:
– Contenedores que están situados encima de las aceras que dan acceso al colegio de Infantil y primaría y que obligan a los niños a circular por la carretera.
– Desaparición constantes de contenedores de residuos orgánicos en la zona del Puche Centro y Norte; quedan apenas seis contenedores para una población de mil familias, una Guardería, un Colegio, un Centro de Salud, dos centros de culto religioso, un Centro Municipal de Atención Social, un Centro de la Tercera Edad, dos dispositivo de búsqueda de empleo un Centro de Formación Profesional, Un Centro de Formación Permanente de Adultos…
– La existencia de un único contenedor amarillo para reciclado de envases.
A estas observaciones que hicimos, tuvimos inmediata respuesta.
Al punto primero, contenedores encima de las aceras que obligan a los niños entre tres y once años a caminar por las carreteras. La respuesta fue, y parafraseo; moralmente, no podemos bajar los contenedores a la carretera por si algún coche se chocara con él. Como yo no quiero dar lecciones de moral a nadie, seguramente sea yo el que haya de recibirlas, no quiero ponerme aquí a valorar que tiene más valor: si la integridad de un niño, la de un vehículo o la de un contenedor.
Al punto segundo, la progresiva desaparición de contenedores en el Puche Centro y Norte. La respuesta fue doble; se justificó porque la gente echaba la basura en el suelo, claro que no se percataron en que no cabía toda en los escasísimos contenedores que habían para el efecto. La segunda parte de la respuesta fue que se colocarían más contenedores. Eso sí, no dijeron cuando.
La respuesta al tercer punto, la existencia de un único contenedor amarillo para el reciclado de envases y plásticos, la respuesta fue de los más creativa. Se nos indicó que habían pensado que lo mejor era reciclar en los colegios; es decir, que cada vecino lleváramos a los colegios lo que pensáramos reciclar. Se nos aseveró que no nos pondrían más contenedores para este fin. Pero la verdad es que lo que no se nos dijo es que culminarían su obra quitándonos el único que teníamos y, les puedo asegurar, que se usaba mucho.
Ahora yo sigo separando en mi casa los residuos del hogar, aunque al final los deposite todos en el contenedor de residuos orgánicos, eso sí separados en diferentes bolsas, esperando que mi hijo no se percate de la idiotez. No me atrevo a llevarlos al colegio porque no creo que sea una planta de reciclaje y, además, me imagino la cara de los directores de estos centros viéndonos llegar con la basura al colegio y, como que no me parece muy bien.
Me enfado, en ocasiones y en soledad, con los responsables municipales de este servicio; pero, al rato pienso que si han comprado con nuestro dinero una escoba de ¡Metal Precioso!, ellos sabrán porque hacen todas esas cosas que yo no llego a entender. En fin, no pensaré mucho, no vaya a ser que mis pensamiento se crucen con los de ellos y empiecen a quitar contenedores de residuos orgánicos del Puche Sur, De ahí aun no han cogido ninguno”.
José Luis Salvador López, A.VV. Alcalá. CAPI El Puche (Almería)
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