LIBERTAD DIGITAL.- Rubalcaba huye del Faisán y se jacta de la lucha antiterrorista
Como cada miércoles, el popular Ignacio Gil Lázaro volvió a preguntar al ministro del Interior sobre el chivatazo a ETA, escándalo del que cada día se van conociendo más novedades y ninguna buena para el Gobierno. Si el pasado miércoles Alfredo Pérez Rubalcaba fue preso de la ira hoy ha preferido no confrontar con el popular y ha huido del caso para no hablar directamente del bar Faisán.
La polémica estaba servida e incluso antes de que el diputado del PP comenzase a hablar José Bono tuvo que mandar callar ante el alboroto de la Cámara, especialmente en la bancada socialista. También entre los socialistas ha habido un cambio y se ha pasado de las risas a los murmullos.
Gil Lázaro acusó a Rubalcaba de enfrentar entre sí a los policías para así evitar la acción de la Justicia. Además, le recordó que el pasado miércoles “mientras usted injuriaba al PP y a los medios de comunicación que no le hacen la ola, el juez llamaba a declarar a la cúpula de su Ministerio”. En su opinión, todo esto “es un truco que delata su miedo” e insistió en que “su Gobierno se ha manchado solo a base de tantas mentiras”.
Del mismo modo, el diputado popular hizo un repaso de las 270 preguntas que le ha tenido que contestar Rubalcaba y dejó en evidencia al ministro del Interior, que ahora dice que conoció el chivatazo cuatro días después de que se produjera, “lo que evidencia que está mintiendo”.
A su juicio, “el colmo es que diga que nunca informó al presidente” por lo que Gil Lázaro dijo que el señor presidente “está obligado a cesar a un ministro que reconoce que le ocultó algo tan escandaloso”. Si no lo hace, dijo, demostraría que “comparte con Rubalcaba la equis del Faisán”. Y para concluir, advirtió al vicepresidente primero que este caso “es su tumba política”.
También Soraya Sáenz de Santamaría le lanzó un dardo a Rubalcaba sobre este asunto pese a que le preguntaba sobre los autónomos. La portavoz popular recordó la espantada que protagonizó este martes en un acto saliendo por detrás para no contestar sobre el chivatazo y le dijo a que de la sesión de control “no se sale por el garaje”.
Por su parte, Alfredo Pérez Rubalcaba evitó entrar en el fondo de la cuestión y se salió por la tangente. En su tono altivo, el ministro quiso hacer de profesor y le dijo: “le voy a contar una historia breve”. A partir de ahí disertó sobre la lucha antiterrorista, sobre las antiguas treguas trampa de ETA y sobre el pacto antiterrorista sobre el PP. Incluso dijo que “cree” que esta tregua será la definitiva.
Ni una sola palabra del chivatazo. “Cuando llegue al Ministerio mi principal obsesión era impedir que ETA se rearmase”, dijo y para acabar, sin hablar del Faisán, añadió que “estamos ganando porque no creímos a ETA en la tregua de 2006″, pese a que miembros de la negociación, como Gómez Benítez, dijeron a los interlocutores etarras que el chivatazo había sido un gesto de buena voluntad.
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