Un preludio poético con la vida, llamado Filo Lara
Los rostros ancianos son rostros que anuncian y denuncian. Dice Levinas: “El rostro del anciano me recuerda mis obligaciones y me juzga…”.
Llegar a la vejez representa la condición de posibilidad de acrecentar la capacidad creadora, motivadora, inspiradora, contempladora. Creatividad es asumir el tiempo presente para desafiar el futuro. Ser anciano no es única y exclusivamente anclarse en el pasado (actitud del melancólico) sino, sintetizar los momentos temporales del devenir existencial en actos desafiantes y esperanzadores, vitales. En suma, la creatividad integra consiste en un compromiso personal, pero con fines comunes, puntualiza Kant.
En este contexto, más allá de los años y mostrando su estado natural de la llamada “tercera edad”, me encuentro con la residente y amiga Filomena Lara Velasco, como una persona de sabiduría, generosidad y actitud. Una larga y fascinadora travesía poética coronan los ochenta y dos años de esta benizalonensa, y me alegro que este año de gracia de 2011 su cumpleaños sea por Pascua Florida para pronunciar en voz alta que su regocijo de vivir es el respirar de Dios en su vida.
Que cunda el gozo y la alegría, ¡Aleluya!
Seguiremos sus pasos que confluyen en sendas y rutas abiertas al corazón, deteniéndose en un rosario de lucidez pletórica, que son señas inequívocas del camino marcado por Dios en su abundante generosidad.
Hoy sus ofrendas piadosas son un derroche de amor, abiertas a sus hermanos. Su corazón está lleno y empeñado en partirlo y repartirlo sin tasa. Reencuentros interminables con el recuerdo, experimentando sus ojos un llanto de gratitud, rebosados de tiempo y colaborando en el quehacer diario de vivir, de amar…….
Y ahora, nos asomamos a la corriente impetuosa de su poesía, que nos habla de amor, de Dios, de Almería, de las cosas menudas, de alargar la mano y echar a caminar, de corazones andariegos, del don de la palabra, de pensamientos puros, de gozo, de la paz de sentirse seguro y…
¡Qué hermosura!, siempre en presente, siempre en voz activa continua de fe y esperanza.
Aunque sus obras poéticas apuntan jugosas invocaciones y merecen todas ellas un generoso espacio aparte, para el gozo del lector aquí les brindo algunos versos que sintetizan su caudaloso sentir que late en cada verso. Filo Lara ha optado claramente por el camino de unos versos producidos en su discurrir vital y nos deja inmersos en una poesía eminente y profundamente llena de pinceladas para el deleite, para el recuerdo y para la confianza.
VERDADERO AMOR
No escatimes el amor,
por mucho que des, no temas,
es un manantial divino,
cuanto más gastas, más queda.
Ofrécete a los demás
para calmar su dolor,
y a tu paso por la vida,
“ no escatimes el amor”.
Pon a Dios en tus palabras
para consolar las penas,
que estando Dios a tu lado
“por mucho que des, no temas”.
Con Él verás florecer
los cardos de tu camino
porque el amor en el alma
“es un manantial divino”.
Y no podrás agotarlo
aún tirando a manos llenas
cada noche, y cada día,
¡Cuánto más gastas, más queda!
AMANECE EN ALMERÍA
Amanece en Almería,
¡que alegría!
El viento lleva un cantar
con perfumes de azahar
al pasar por la Bahía
para Ti, Virgen del Mar.
Los gitanos se despiertan,
Y en las huertas,
¡qué jolgorio y algazara…!
qué belleza en la Alcazaba!
¡qué grandeza
en su trono se refleja!
¡Ay! Que hermosa mi Almería.
Melodía
que suena en mi corazón
y convertida en canción
yo canto a la tierra mía,
un canto que es oración
por Ti, Virgen María!
ARENA BLANCA
En la arena limpia que dejan las aguas
cuando corren fuerte y todo lo arrastran.
En la arena fina, de niña jugaba
y allí, surgió el verso, en la arena blanca.
La primera pluma que yo utilizara
fue un tallo de almendro que yo en flor cortara.
La flor del almendro su aroma me daba
mientras yo escribía ingenuas palabras.
La arena reía…, las aguas cantaban…
y los pajarillos que alegres volaban,
venían a mi lado y picoteaban
mi pobre merienda, que yo, se la daba.
Al verlos tan cerca, mi mente soñaba..
y con todos ellos volaba mi alma.
volaba hasta el cielo, y allí, escudriñaba
todas las estrellas que tanto brillaban.
Las estrellas, todas las llevo en el alma
todos los luceros de esas noches claras.
¡Luceros y estrellas! ¡Luz de luna blanca!
¡Sol de mediodía!¡Tierra de mi alma!
Los primeros sueños de mi tierna infancia,
fueron en la huerta de mi pobre casa,
pobreza y cariño, riqueza añorada
que fue enriqueciendo poco a poco el alma.
Desde aquellos tiempos corrió, mucho el agua
y borró en la arena mis versos de alba.
Ya escribo con pluma y en cuartillas blancas,
pero yo recuerdo con dulce añoranza
mi pluma de almendro con flores, que daban,
perfume a mis versos en la arena blanca.
DAME AMOR
Dame amor Señor te pido,
que es el tesoro querido
que anhela mi corazón.
Para cerrar esta herida
que me fue abriendo la vida.
Dame amor.
Dame amor Señor te ruego,
que yo pueda dar consuelo
a mi paso, que el dolor
hace quebrantar las almas
perdiendo tu dulce calma.
Dame amor.
Dame amor Señor te imploro,
que olvidando tantos lloros
metida en mi propio “yo”,
pueda ver tantas heridas
como sangran en la vida.
Dame amor.
Dame amor Señor, que soy
Por el camino en que voy
Pordiosera de tu Amor.
Dame a beber de tu Agua
que es la vida de mi alma.
¡Dame Amor!
A SOLAS CON MIS RECUERDOS
Yo tenia el alma en dos trozos
que la distancia partió,
y en un grito de mi sangre
el orvallo se rompió
y en él se abrió una ventana
de cara a mi corazón.
Y vi la luz de mi tierra
bajo los rayos del sol,
y aquél trozo de mi alma
pegada en aquél rincón
de aquella casa querida
que dejé en Benizalón.
Y vi los campos que han sido
pañuelo de mi sudor,
la tierra donde ha crecido
la semilla de mi amor
y el cielo donde mi alma
pudo conocer a Dios.
Me alegra este nuevo y reciente encuentro con Filo. Mis ojos aprenderán a poner en cada anciano una mirada tierna para vivir siempre de cara al corazón.
Ahora, de estreno, caminaré todas las sendas. En mi corazón volverán a florecer nuevas rosas para mis manos y retomaré la escritura de mi olvidado libro “La edad avanzada “ que dejé a mitad de camino. Feliz reencuentro.
Queridos amigos, abramos nuestro corazón y que nuestras manos ya nunca estén vacías, siempre rebosantes. Espero que nos crucemos en la misma senda, buscando la ruta y la esperanza. El Dios de la abundancia, nos será propicio. Pondrá en nuestras manos el don de su presencia y alumbrará nuestros pasos.
Finalizo esta crónica con unos versos de Filo Lara:
Déjame, Señor, aquí
mientras sepa cada día
al alto cielo mirar,
o mientras vea en la tierra
un alma necesitada
a quien yo pueda ayudar.
Miguel Iborra Viciana
Almería, 2 Mayo 2011