“¡Alcalde tonto, sentencia pronto!”
Con razón se ha quedado con un sinfín de apodos que le acompañarán “per saecula saeculorum”, como a Rodríguez Zapatero le acompaña la fama de gafe…
¡Qué mala uva tienen algunos sastres! De todos es sabido que el chaleco del frac no debe sobresalir de la chaquetilla. Al menos, el sastre podía haber asesorado correctamente a Pedro ‘Plagio’ para que no hiciera el ridículo o, mejor, explicarle que iba a un acto de gala y no a una fiesta de carnaval. No sé si se lo explicaron o es que lo hicieron y no lo ha entendido, de ahí lo de “¡Alcalde tonto, sentencia pronto!”. Sea como fuere, el caso es que el todavía ‘okupa’, Pedro ‘Plagio’, era toda una imagen “cantinflesca”, muy a su estilo.
La imagen del frac de Pedro Sánchez, durante la recepción al presidente de Perú en el Palacio Real, ha provocado numerosos comentarios en las redes sociales. El caso es que se han reído del “doctor NO” en las redes sociales y hasta en las filas de la izquierda radical que, dicho sea de paso, no tiene la más pajolera idea de cómo va todo esto; bien es verdad que lo están aprendiendo desde que han entrado en la jerarquía de la casta política, los mentideros parlamentarios y los falsos másteres.
Una vez más se ha lucido el todavía ‘okupa’ de Moncloa. Y van… Quiso lucirse con la exhumación del excaudillo de España y le ha salido el tiro por la culata; siempre se dijo que las prisas eran malas consejeras. Quiso lucirse con medidas sociales y resulta que se ha visto obligado a convocar elecciones, con lo que quedará todo a medias y él con las posaderas al aire. Quiso nombrar un Gobierno de especialistas en su materia y resultaron ser, muchos de ellos, expertos en crear empresas interpuestas para no pagar a Hacienda. Quiso ser el regenerador del reino de las Españas y se ha quedado en simple degenerador social, alentador del odio, colega del independentismo, miserable plagiador, máster en mentiras frecuentes y personalidad contradictoria como nunca se había conocido. Y lo que es peor, casi llega a profanador de tumbas.
Todo cuanto ha querido ser, hacer o lucirse ha quedado reducido a esto último. Nula eficacia, inexistente efectividad, inútiles viajes y abundantes gastos, muchos gastos a costa del erario público. No intenten convencerme de que el viaje a la boda de su cuñado era secreto de Estado y viaje que precisaba de alta seguridad; no me insinúen que el viaje familiar al concierto requería de un gasto de 32.000€ para nada; ni intenten convencerme de que el viaje a Valladolid, para asistir a la cumbre hispano-lusa, requería del Falcon. Con razón se ha quedado con un sinfín de apodos que le acompañarán “per saecula saeculorum”, como a Rodríguez Zapatero le acompaña la fama de gafe, incompetente y desnortado.
Lo de apodar “Falconetti” a Pedro ‘Plagio’ no es por casualidad. Lo de ‘okupa’ está perfectamente argumentado y documentado. Lo de ‘Plagio’ no es broma: ha sido una forma de reírse de la ciudadanía, desprestigiarse a sí mismo y quedarse en deuda permanente con España. Lo de “doctor NO” es fruto de la cerrazón y la envidia al señor Rajoy, como lo era eso de llamarle en “indecente” ante las cámaras de Televisión. Pero, claro, había que mantenerse de ‘okupa’ en Moncloa para seguir cobrando de por vida. Y eso también lo ha conseguido, como ha conseguido crear más paro en nueve meses que Zapatero en año y medio.
En fin, deja un muy mal recuerdo para gran parte de los españoles; una deuda importante para el PSOE; un destrozo importante en la sociedad; una fraudulenta esperanza para el independentismo; una bofetada al nacionalismo vasco y, lo que es peor, una contribución muy grande a la degeneración de España y a la corrupción, donde Podemos no es ajeno. Doy fe.
Jesús Salamanca Alonso
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