¿Dónde estará esa estabilidad, Susana?
Que la presidenta Susana Díaz es impermeable a las reglas de juego y la democracia es algo bien sabido no sólo por sus propios compañeros del partido socialista, sino que además lo acabamos de sufrir los populares en primera persona a raíz de la votación para la composición de la Mesa del Parlamento Andaluz. El PP Andaluz ha llevado al Parlamento a un grupo de mujeres y hombres comprometidos con los andaluces y con la resolución de sus problemas, antes que con las artiméticas de poder y los juegos de tronos que tanto obsesionan a la señora Díaz. Y este es el resultado de querer ver fantasmas y conspiraciones por todos lados: nervios y más nervios para quien fue capaz de romper una legislatura por interés propio y que sigue sin poder ofrecer a los andaluces la estabilidad que, según prometió, iba a traernos a todos los andaluces ese adelanto electoral sacado de la manga. Pues bien, esa presidenta nerviosa y acuciada por los tiempos y los pactos (la Junta de Andalucía que debería estar trabajando para resolver las problemas de las familias andaluzas está paralizada desde hace meses por culpa de la situación de incertidumbre a que la ha empujado el capricho de la señora presidenta) volvió a dar muestras de su mal tono democrático, propiciando un espectáculo bochornoso en la Cámara fruto de su incapacidad de llegar a un simple acuerdo para defender el Reglamento y los principios democráticos por los que se rige el Parlamento. Llenos de vergüenza ajena, los parlamentarios del PP Andaluz pudimos comprobar que Susana Díaz sigue instalada en el ordeno y mando, evidenciando además desconocer que las cosas, ni son, ni van a volver a ser como eran. No tiene ningún sentido que un grupo parlamentario como el nuestro, que tiene el respaldo de 1 millón 64 mil andaluces y 33 representantes, tenga los mismos miembros en la Mesa que IU, que tiene solo 5 diputados. Eso se entiende de la única manera que puede entenderse: un ejercicio de prepotencia y de miedo. Miedo porque sabe que el Partido Popular no es una comparsa silenciosa en la Cámara a la que se puede comprar con unos metros cuadrados de moqueta, como pudo hacer con Izquierda Unida en la pasada legislatura. Bien haría la señora Díaz en calmarse y en cerrar ya de una vez los pactos de gobierno que permitan a la Junta trabajar en beneficio de todos los andaluces, y que piense las cosas antes de hacerlas o de decirlas. El PP piensa en los intereses de los andaluces antes que en los de nuestro partido. Y eso es exactamente lo contrario que viene haciendo doña Susana Díaz desde el primer día que heredó la presidencia de la Junta de Andalucía.
Javier Aureliano García
Secretario Provincial del Partido Popular de Almería