Divisas y moneda común
Las políticas profundamente expansivas que el Banco Central Europeo viene impulsando, empleando procedimientos como la compra de activos, han derivado en una depreciación significativa de la moneda funcional con respecto a la divisa por antonomasia, el dólar. Por aportar datos, la depreciación del euro asciende al 24% en un año.
Este cambio de contexto motiva, como es lógico, pérdidas y ganancias en aquellas empresas vinculadas al mercado internacional, que supeditadas a las leyes financieras, hayan llevado efecto operaciones de cobertura para mitigar riesgos. Tal y como apunta el diario Expansión, existen dos reglas financieras que condicionan la actividad exterior; “La primera norma es reducir la dependencia bancaria y apelar al mercado de bonos. La segunda, hacerlo en distintas divisas para compensar riesgos y descansar sobre una base inversora más amplia.”
No obstante, parece que debido a las “coberturas naturales”, es decir, pagar en dólares con las entradas de dólares, esta depreciación no está siendo tan acusada como pudiera parecer. Cuando no es posible realizar este tipo de cobertura, se procede a los derivados, un producto más complejo cuyo objeto natural es, precisamente, cubrir riesgos.
No podemos olvidar que las empresas afectadas por la volatilidad del mercado de divisas son empresas grandes, con un equipo de asesores profesionales que tratan, precisamente, de reducir riesgos y que, en momentos como este, su trabajo es especialmente importante.
Del mismo modo, es preciso señalar, que esta depreciación del euro es positiva para las empresas exportadoras, que verán cómo se abarata su producto, haciéndose así más atractivo para clientes ajenos a la Zona Euro.
-José Cristian Callejón Villalobos-
-Economista financiero-
@josecallejon91
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