Ratas como conejos
Si me disculpan el feo recurso de la autocita, recordaré que hace unos días mencionaba aquí una vieja teoría asentada durante siglos entre los campesinos de media Europa acerca de la generación espontánea de los roedores. Tradicionalmente se había aceptado la pintoresca idea del físico flamenco (educado en Lovaina, no en Jerez de la Frontera) Jan Baptiste van Helmont, que sostenía que bastaba colocar ropa sucia en un tonel que contuviese unos granos de trigo para que al cabo de unos días apareciesen ratones. Evidentemente los animalitos no se creaban allí sino que llegaban al barril de otro sitio. Ahora usted y yo sabemos eso gracias a las investigaciones del señor ése de la etiqueta de Anís del Mono, pero hubo muchos que creyeron esa majadería toda su vida. Lo que no cambia respecto de la aparición de las ratas es que éstas son, siempre que haya un micrófono o cámara por medio, “como conejos”. Y así anda ahora el Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Almería, pasando el boli por la botella de anís para darle ritmo a la mañana y denunciando que en la desembocadura del Andarax a la altura del Puche, además de los mosquitos ahora también hay ratas -sí, lo han adivinado- “como conejos”. Y bueno, mientras Frank de la Jungla evalúa si retomar su serie de supervivencia extrema en esas charcas fecales, cabría apuntar dos cuestiones a los fans socialistas del National Geographic. La primera es que si la Junta de Andalucía (32 años de gobierno socialista non-stop) hubiese cumplido sus reiterados anuncios de ampliación de la depuradora, quizás lo que bajase por esa rambla no sería un concentrado bacteriológico capaz de eclosionar siete plagas en un charco. Y la segunda es que alguna vez habrá que perder el reparo a decir las cosas por su nombre y que igual que todas las administraciones se equivocan, también hay vecinos marranos. Y no basta con decirlo en privado: también hay que atreverse a decirlo públicamente. Esa evolución sí que sería darwinismo en estado puro.
-José Fernández-
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