Más investigación de comisiones ilegales
La operación Púnica está poniendo al descubierto una trama de corrupción municipal y regional de proporciones increíbles por su magnitud y extensión. El esfuerzo y los medios dedicados a la investigación de esta presunta trama delictiva es muy considerable. A mi juicio, es vergonzoso que algunos políticos pretendan su enriquecimiento personal, o realicen prácticas ilegales para hacer fortuna antes de retirarse de la actividad política.
Que ya se hayan producido 51 detenciones, 259 registros y 400 requerimiento a entidades bancarias y compañías de seguros, da una idea aproximada de las ramificaciones posibles de las adjudicaciones irregulares, y del blanqueo de los beneficios de las comisiones ilegales del 3 por ciento según parece.
Que se modifiquen los contratos para favorecer al que iba a pagar las comisiones es una práctica despreciable e indigna que atenta contra la ética ciudadana más elemental. La red de políticos y empresarios presuntamente implicados en esta trama delictiva es abundante. Y también es preocupante lo que queda por averiguar y saber sobre otros posibles casos de corrupción.
Todo esto pone de relieve, en mi opinión, la necesidad de unos controles anticorrupción mucho más abundantes y rigurosos. Porque el estado de derecho no debe actuar casi siempre a posteriori, sino que debe anticiparse, y establecer medidas o mecanismos muy estrictos y minuciosos para que estas prácticas corruptas no sean posibles.
Ya que, si no se aplican suficientes medidas de control, se está favoreciendo la posible impunidad ante los hechos constitutivos de delito, porque la justicia, generalmente, no es muy rápida, por falta de medios, en sus actuaciones, lo que da lugar a problemas en la resolución de estos casos de corrupción. Lo que puede traducirse, quizás, en que no se devuelvan las cantidades de dinero indebidamente apropiadas, en su totalidad, etc.
No sabemos lo que nos deparará el futuro cercano respecto a más posibles casos de corrupción, pero lo ya descubierto es desesperanzador y muy grave. Porque parece que los tentáculos de las tramas de enriquecimiento ilegal se extienden de una forma muy amplia en nuestro país. Aunque no sabemos el porcentaje real de corrupción oculta o sumergida, podemos presumir o suponer que será todavía considerable por decirlo con mesura.
Considero que el ámbito empresarial y el bancario si bien son claramente necesarios en la economía deben ser mucho más fiscalizados y regulados para que no se produzcan operaciones fraudulentas, y no prospere la corrupción.
Lo mismo que a los ciudadanos de a pie se nos controla de un modo minucioso, hasta el último detalle de nuestras obligaciones legales de todo tipo, a las empresas, bancos y políticos se les debe inspeccionar de idéntica forma. Y no valen las excusas, si queremos que la igualdad de oportunidades y ante la ley no sean papel mojado, y pura retórica que no se cumple. Otro aspecto que convendría tener en cuenta, es que la investigación de posibles casos de corrupción debe ser lo más rápida posible para evitar la destrucción de pruebas o su ocultación.
En cualquier caso, las fuerzas de seguridad y la justicia están actuando bien, y con una gran profesionalidad lo que es digno de elogio y agradecimiento por parte de todos los ciudadanos.
José Manuel López García
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