CAPITAL.- La Banda Municipal y La Duda Teatro inundan el Auditorio Maestro Padilla con la magia de un ‘Aladino’ para toda la familia
El Auditorio Municipal Maestro Padilla se ha convertido este domingo por la mañana en un gran escenario infantil donde la música, el teatro, la ilusión y las mil y una noches se han combinado para redondear un espectáculo que ha hecho las delicias de los más pequeños y también de los mayores, en una mañana de cultura y arte muy familiar.
La Banda Municipal de Música de Almería y la compañía La Duda Teatro han sido los encargados de poner en escena la obra ‘La Lámpara de Aladino’, uno de los cuentos de ‘Las mil y una noches’ que, en este caso, musicalmente ha estado basada en temas de Saint Saens, Soren Hyldgaard, Rimski Korsakov y Bert Appermont, además de los españoles Salvador Giner y Manuel de Falla y algunos de películas de Disney, como el tema oficial del propio film de Aladino, ‘Un Mundo Ideal’, con el director de la Banda, Juan José Navarro, a la batuta.
Por su parte, la compañía La Duda Teatro, bajo la dirección de Paco Cañizares, ha desarrollado un montaje de Aladino ameno, agradable y adaptado a los más pequeños pero sin desperdicio tampoco para los mayores, por el que ha desfilado todos los personajes de la obra clásica de Oriente, desde el propio protagonista, Aladino, hasta su amada la princesa Halima, pasando por su padre el Sultán, el malvado brujo Jafar o el fiel Genio de la lámpara.
Una puesta en escena en la que el autor de la leyenda de Aladino ha ejercido como narrador, en un espectacular derroche de voces que lo hacían estar en la piel de cada uno de los personajes, convertidos así en una especie de marionetas teatrales que representaban sus papeles tanto en el escenario como encima de una tarima situada al fondo del mismo, por detrás de la ubicación de la Banda Municipal, pero cuyas voces eran desarrolladas por el narrador.
Una versión de Aladino, en definitiva, muy musical y cercana a los niños, al mismo tiempo que bañada en el optimismo vital de los sueños y los deseos, concluyendo con una frase dirigida a todos los más pequeños que llenaban la sala: “siempre hay que tener preparado un buen deseo, puesto que nunca se sabe cuándo puedes encontrar una lámpara maravillosa”.
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