Susana sigue derrochando en administración parelela
La administración de la Junta de Andalucía se asienta sobre dos pilares aparentemente inamovibles: el saqueo y el derroche. De un lado, el diseño y blindaje de tramas y redes de aprovechamiento ilícito de recursos públicos para favorecer a familiares, compañeros y amigos. Y esto no es una opinión personal, sino un simple seguimiento de las diferentes causas judiciales en la que están implicados en diferente escala los principales responsables del gobierno autónomo. Y de otro, el sostenimiento de una innecesaria red de oficinas, departamentos y empresas públicas que, con la finalidad de dar empleo a familiares, amigos y compañeros, duplica y hasta triplica de modo absurdo la burocracia autonómica generando un enorme gasto y una gran confusión. Cinco mil millones de euros nos cuesta a todos los andaluces mantener bien surtidos los chiringuitos de los amigos del PSOE de Sevilla. Aquí es donde de verdad se le va el dinero a la Junta de Andalucía, y aquí está la raíz del problema de la quiebra económica de nuestra comunidad: en una gestión de corte partidista pensada en favorecer antes a los intereses políticos del Partido Socialista antes que a las necesidades de las familias andaluzas. Pues bien, cuando Susana Díaz accedió digitalmente al puesto de presidenta de la Junta, anunció a todos los andaluces un “tiempo nuevo” dominado por la transparencia y la eficacia. Han bastado unas semanas para comprobar que esa declaración de intenciones no era más que otra de las falsedades y mentiras con las que la Junta de Andalucía trata a todos los andaluces. Y lo digo porque de haber una voluntad real de cambio, lo primero que debería haber hecho doña Susana es cargarse de un plumazo toda esta red de chiringuitos administrativos para promover el ahorro y que de ese modo la Junta pudiera cumplir con compromisos abandonados por falta de recursos, como el hospital materno infantil de Almería, la variante de Roquetas, la redia del Almanzora, la facultad de Medicina o la rehabilitación del Ayuntamiento de la capital. Pues no ha hecho nada de eso. Es más; doña Susana no ha tenido más remedio que quitarles, otra Navidad más, la paga extra a los empleados públicos andaluces para poder seguir manteniendo el altísimo coste que supone esta administración paralela. Este gesto demuestra una vez más que los socialistas han hecho de la Junta de Andalucía una maquinaria de la que se puede extraer todo el dinero institucional que haga falta para entregárselo a amigos, compañeros y socios. De vergüenza.
Javier Aureliano García
Secretario General del Partido Popular de Almería