Otros sí lo hacen bien.
A veces resulta especialmente oportuno saber qué sucede fuera de la zona euro, donde las cosas se hacen de manera diferente a la que dicta Alemania y aplican la Comisión Europea y el Banco Central Europeo, con la bendición intermitente del Fondo Monetario Internacional. Veamos un par de datos.
Primer dato, que no opinión. Con una tasa de paro casi cuatro veces más baja que la española, del 7,7%, la Reserva Federal de Estados Unidos, la mundialmente famosa FED, se fijó ya el año pasado como objetivo combatir el desempleo, hasta reducirlo al 6,5%. Es decir, su punto de partida ‘negativo’ en términos de paro era mejor que el de España (8,5%) cuando España iba bien (2007) y éramos, supuestamente, de Champions. El banco central de los estadounidenses decidió ya entonces que mientras la tasa de desempleo de su país no caiga a ese nivel (6,5%) mantendrá sus tipos de interés ultrabajos, entre el 0% y el 0,25%.
Segunda constatación, que no interpretación. Aquí al lado, dentro de la Unión Europea pero fuera del euro, el flamante gobernador del Banco de Inglaterra anunció este verano que pondrá la política monetaria al servicio de la reducción del paro.
¿Por qué la eurozona -léase Alemania, léase Angel Merkel y subordinados suyos como Oli Rehn o Mario Draghi- se empeñan en mantener una severa política de austeridad que ni siquiera es eficaz en términos económicos?
España es uno de los países que más sufre las consecuencias de los recientes pero ya históricos errores económicos de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional, cuyas políticas sitúan Europa -y no digamos España- en niveles de paro, pobreza y desigualdad social desconocidos desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Hay alternativas a esa política, como no se cansan de repetir desde 2008 economistas como los premios Nobel Paul Krugman y Joseph Stiglitz o el profesor Antón Costas, de la Universidad de Barcelona. Costas acaba de darle una nueva lección a Merkel, Rehn y compañía, que ojalá aprueben ahora que llega la convocatoria de septiembre: de esta recesión solo se sale mezclando, “sin atavismos ideológicos”, el fiscalismo de John M. Keynes con el monetarismo de Milton Friedman. Dicho queda.
-Antonio Casado-