Declaran culpable por unanimidad de asesinato al acusado de propinar 21 puñaladas a su expareja
El jurado popular ha declarado culpable por unanimidad al V.F.C., el hombre de 44 años que, en mayo de 2011, acabó con la vida de su excompañera sentimental y madre de sus dos hijos tras abordarla en la calle Vinaroz, en Almería, y propinarle 21 cuchilladas después de esperar durante horas a que saliera de casa para pasear al perro.
El veredicto, leído en audiencia pública en la tarde de este lunes ante el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, considera que V.F.C., quien ha sido trasladado a sede judicial entre una fuerte escolta de agentes de Policía, cometió un asesinato ya que atacó a su víctima de manera “imprevista” tras “horas merodeando” y la apuñaló “con saña” ya que le provocó “heridas graves y violentas sin sacar el cuchillo”, lo que aumentó su sufrimiento de manera deliberada.
El jurado popular ha rechazado la tesis de la defensa, que en el trámite de informes alegó que no concurría alevosía “ya que no actuó a traición” al haberse producido una discusión previa, ni tampoco ensañamiento, e hizo hincapié en que el acusado, tras el crimen, permaneció en la zona y “esperó a que llegase la Policía a detenerlo”.
En concreto, ha tenido en cuenta tres testificales que apuntaron que mediaron “apenas 30 segundos” entre la salida de A.E.N. y el ataque del acusado, que la “persiguió corriendo y a la que ni siquiera le dio tiempo a soltar la correa del perro”. “No hubo tiempo material para que mediase discusión y no hay prueba alguna que sostenga que tenía intención de hablar con la víctima sobre la boda de su hija”.
Para el ensañamiento, el jurado ha apuntado otra testifical que, en sala, relató que, al observar como la apuñalaba, le dijo que parase pese a lo cual el procesado “siguió acuchillando más rápidamente y con expresión de odio en su cara”. “El acusado tenía clara intención de acabar con la vida de su expareja como muestra que saliera de casa con un cuchillo”, a la postre arma homicida.
El veredicto, sin embargo, ha tenido en cuenta la atenuante de colaboración con la justicia por mayoría aunque se ha pronunciado de manera desfavorable a conceder a V.F.C., pescador de profesión, la posibilidad de remisión de condena y de indulto.
Tras la lectura en audiencia pública de la decisión del jurado popular, el fiscal ha elevado a definitiva la petición de 25 años de cárcel, petición a la que se han adherido los letrados de la Abogacía del Estado y de la Junta de Andalucía, personados en la causa como acusación particular.
La defensa, que mantuvo en la última sesión de la vista oral la calificación de homicidio de los hechos, ha solicitado la pena de 20 años de prisión después de que se haya tenido en cuenta la atenuante de colaboración con la Justicia si bien en el caso también concurre la agravante mixta de parentesco.
Durante el trámite de informes, el fiscal aseguró ante el jurado popular encargado de enjuiciar el crimen que había quedado probado en la vista oral que atacó a la A.E.N., con quien tiene dos hijos menores de edad en común, “sin darle oportunidad de defenderse y por la espalda” y que planeó la muerte, además de “aumentar de manera deliberada su sufrimiento”.
Aludió al testimonio de los testigos que presenciaron el apuñalamiento mortal “en plena calle, un domingo por la mañana” y sostuvo, de acuerdo a la pericial de los forenses, que V.F.C. “estaba plenamente capacitado para distinguir lo que estaba bien o mal”. De las 21 heridas que presentaba, cinco de ellas eran defensivas y la mayoría se concentraban en la espalda..
Durante la primera sesión ante la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería, el procesado aseguró que, cuando la abordó en plena calle, “no quería quitarle la vida” y que “solo” quería “hablar” con ella porque “no” le dejaba ver a sus hijos. “Me sentó muy, muy mal que me dijese que no podía ir a la comunión de mi niña y me molestó la forma en que me llamó para decirme que era un mal padre y que no podía confiar en mí”, apuntilló.
Alegó a preguntas del fiscal que el “shock” no le permitía recordar nada del momento del apuñalamiento a A.E.N. y afirmó que, después de que ella le “amenazase” y le “insultase” en la mañana en que perpetró el crimen, sacó el cuchillo que portaba “bajo la camiseta” y con el que había salido de casa, para decirle “mira que te pincho”.
“Me dijo cosas que nunca habían salido de su boca contra mí, que no tenía cojones y se abalanzó contra mí”, indicó V.F.C., quien definió su relación de pareja, de la que tiene dos hijos de 11 y 9 años en común con la víctima, como la “de cualquiera” y “sin discusiones”, y dijo que “le daba igual” que ella tuviese o no una relación con otra persona. “Yo solo quería ver a mis hijos, con los que estaba todos los días del año”.
“AUMENTÓ DELIBERADAMENTE SU SUFRIMIENTO”
El jurado popular sostiene en su veredicto que el acusado tomó la decisión de acabar con la vida de A.E.N., con quien había compartido su vida durante once años, a primera hora de la mañana del 8 de mayo de 2011. Con este objetivo, cogió de la cocina de casa de su madre, donde había pasado la noche, un cuchillo de 20 centímetros de largo y cuatro de ancho, y salió de la vivienda en dirección al domicilio en el que residía la víctima con sus dos hijos en el barrio de El Zapillo.
Desde que llegó a la zona y aproximadamente durante unas “tres horas”, V.F.C “estuvo merodeando” por las inmediaciones de la calle Jaúl “con la intención de abordar” su expareja cuando saliera a pasear a su perro, “cosa que sabía que ella hacía todos los días”, según remarca el fiscal.
A las 10,00 horas, y tras ver como A.E.N. abandonaba el portal de su edificio, se acercó “por detrás” y, “dando cumplimiento a lo planeado”, le asestó varias puñaladas con el arma que portaba “de una forma totalmente imprevista y con la intención de acabar con su vida”.
Cuando la víctima cayó al suelo, V.F.C. continuó con su ataque pese a que ella “gritaba pidiendo ayuda y trataba de defenderse moviendo los brazos y las piernas, sin lograrlo”, lo que, según subraya el Ministerio Público, “aumentó su sufrimiento toda vez que se encontraba con vida mientras le asestaba cada nueva puñalada”.
Como consecuencia de la “brutal” agresión, el procesado causó a su excompañera un total de 21 heridas en la “región dorsal, el tórax y las extremidades”, algunas de ellas –añade– “con orificio de entrada y salida”. A.E.N., quien tenía 30 años cuando fue asesinada, falleció por un “shock hemorrágico” aunque “algunas de las heridas que sufrió eran mortales por sí solas”.
V.C.F. fue arrestado por agentes del Cuerpo Nacional de Policía sin oponer resistencia en las inmediaciones de la calle Vinaroz a las 10,30 horas. Había sido retenido por varios vecinos de la zona testigos del crimen cuando se encontraba sentado en un banco.
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