Celestial fragancia
Siempre me gusta tener en casa varillas de incienso para ambientar las sobremesas y darle un tono de trascendencia cojinera a las reuniones domésticas. Suelo comprar la misma marca india y, recientemente, he descubierto que en el interior de las cajitas se añade una nota en inglés en la que se explica que al comprar ese producto se está colaborando con The Akshaya Patra Foundation, una ONG de Bangalore (India) que sirve cada día un millón de comidas calientes en los colegios públicos de ese país, intentando paliar así la situación de desnutrición generalizada. “Cuando encienda este incienso, su celestial fragancia le recordará el gesto que acaba de tener para alimentar a los niños hambrientos”, concluye la nota. Y la verdad, algo de fragancia celestial he podido percibir leyendo las declaraciones de los altos cargos de la Junta de Andalucía, mostrándose complacidísimos de que el gobierno de nuestra comunidad haya tenido que salir a repartir desayunos y meriendas por los colegios porque hay niños que pasan hambre. Pero no estamos en el tercer mundo, sino en Andalucía. Esa misma Andalucía que la Junta señala en su propaganda como ejemplo de la inversión y el desarrollo y que se jacta de ser “imparable” y “de lujo”. Después de treinta años de gobierno, ¿no se les cae la cara de vergüenza al admitir que en Andalucía hay datos objetivos para hablar de subdesarrollo? Y coincidiendo con este auxilio, la trama de los ERE desvela que la mamá de uno de los muñidores del caso, el sindicalista Juan Lanzas, alardeaba de que su hijo “tenía dinero para asar una vaca.” Pues de esas barbacoas vienen ahora estos desayunos.
-José Fernández-
Puedes seguir las respuestas de esta entrada por el RSS 2.0. Los comentarios y pings están cerrados por el momento.