Y se armó el Belén
“En Navidad, se pongan como se pongan, lo que se celebra es que nació un niño en Belén. Y no uno cualquiera, sino un niño que vino a cambiar el devenir de la Humanidad”
No hay quien los aguante. Ya no es que tengan odio hacia la civilización occidental, de raíces judeocristianas, en la que tan a gusto, afortunados ellos, viven. Ya no es que hayan adoptado una postura anticlerical y anticatólica típica de los totalitarismos colectivistas, del comunismo al nacional-socialismo, que tanto dolor y sufrimiento causaron en el siglo XX. Ya no es que sean indocumentados después de décadas de escuela comprensiva y estatalismo vendido a raudales. Es que son unos horteras. De bolera. Me refiero a esos que critican que se feliciten las Pascuas y la Navidad con la imagen del nacimiento del Portal de Belén.
Me refiero a los del complejo de Fourier más exacerbado. Acertadamente decía Mises, explicando las raíces psicológicas del antiliberalismo (de la irresponsabilidad típica de los colectivismos, añadiría yo), que dicho complejo de Fourier, importante socialista francés de tiempos pasados, es “fruto de una disposición mental patológica, que brota del resentimiento, de una condición neurasténica”. No soportan, añadía, “la realidad de la vida”.
Para Mises, la «mentira piadosa», típica del marxismo, “tiene doble utilidad para el neurótico. Lo consuela, por un lado, de sus pasados fracasos, abriéndole, por otro, la perspectiva de futuros éxitos. En el caso del problema social, el único que en estos momentos nos interesa, lo consuela la idea de que, si no pudo alcanzar las doradas cumbres ambicionadas, no fue culpa suya sino del defectuoso orden social imperante. (…) Por eso, resulta inútil demostrarle que la soñada utopía es imposible.
El neurótico se aferra a su tan querida «mentira piadosa y, en el trance de renunciar a ésta o a la lógica, sacrifica la segunda. Su vida, sin el consuelo del ideario socialista le resultaría insoportable porque, como decíamos, el marxismo le asegura que no es responsable de su propio fracaso; la responsabilidad es de la sociedad”.
De que necesiten de la ingeniería social, del paternalismo, para seguir adelante, sentirse seguros. Deviene lógicamente una sociedad en que este tipo de pensamientos se hace fuerte en una sociedad infantilizada y adormecida. La nuestra. Una sociedad que prefiere esconderse detrás de ilusiones y sueños en lugar de encarar lo que acontece. Lo vemos a diario.
Estando en plena implosión, en el marco de la Europa prerrevolucionaria en que nos encontramos, el Welfare State, o sea, la socialdemocracia; habiendo devenido el Estado Leviatán en Minotauro, salen a las calles pidiendo más de lo que ha causado el mal. Como ejemplo, ahí tienen el 15-M.
Pero escribía yo sobre el Belén. Y es que en Navidad, se pongan como se pongan, lo que se celebra es que hace 2012 años nació un niño en Belén. Y no uno cualquiera, sino un niño que vino a cambiar el devenir de la Humanidad. Así que es perfectamente correcto felicitar la Navidad con un nacimiento A Jesús Posada por felicitar de forma tan tradicional las fiestas, le han montado el Belén. Horteras.
-Almudena Negro-
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