Patología sindical
Responsables de la Agencia Pública Hospital de Poniente, de la que dependen administrativamente los centros hospitalarios de El Toyo, Guadix y Loja han “sugerido” a los facultativos que allí trabajan que reduzcan el número de pruebas (análisis, radiografías, ecografías, etc.) a sus pacientes. No se trata de órdenes en sentido estricto, sino de indicaciones informales -pero absolutamente meridianas- acerca de la necesidad de adoptar esos nuevos hábitos de desatención a los usuarios. No sé si esta medida podrá ser considerada como recorte, ajuste o cambio de ponderación de vaya usted a saber qué índices, pero por lo visto (mejor dicho, por lo no visto) se trata de una medida irrelevante e inocua para los concienciados pancartistas que el pasado domingo protestaban airadamente por el centro de Almería gritando que con la sanidad no se juega y todo eso. Y es que como todo el mundo sabe, los recortes indeseables los propina el gobierno de Rajoy, ese hombre maléfico, y que la Junta de Andalucía no recorta, ni ajusta, ni corrige. En todo caso nos sigue proporcionando la felicidad absoluta a través de la geometría variable de sus presupuestos. Así que no es necesario que las señoras y señores del pancarto la pancarta se desgañiten en la manifa inaugural de mayo diciéndole a la Junta que con la salud de los pacientes almerienses no se juega. ¿Acaso merece la pena manchar un inmaculado historial de pesebrismo sindical con un alarde de coherencia y protestar contra todos los recortes por igual? Vamos, anda. Y es que para diagnosticar todas estas patologías sindicales no hacen falta análisis ni radiografías, ni nada. Saltan a la vista.
¿Acaso merece la pena manchar un inmaculado historial de pesebrismo sindical con un alarde de coherencia y protestar contra todos los recortes por igual?