LA VANGUARDIA.- Mas y Junqueras firmarán un pacto de gobierno el sábado
Artur Mas y Oriol Junqueras, líderes de Convergència i Unió y de Esquerra Republicana, respectivamente, se arremangarán hoy para resolver las discrepancias pendientes entre ambas formaciones políticas y sacar adelante el pacto político con el que arrancará la décima legislatura catalana. Si como se prevé, Mas y Junqueras resuelven todos los cabos pendientes, el acuerdo será sometido el sábado a la consideración de los consejos nacionales de los tres partidos que formarán la mayoría parlamentaria, CDC, ERC y UDC. Y si el acuerdo es ratificado, Mas y Junqueras lo presentarán públicamente el sábado.
Fuentes de CiU y ERC se esforzaban en intentar convencer a los periodistas de que el acuerdo no está cerrado y que “no es pot dir blat fins que és al sac i ben lligat”, pero ocurrieron ayer dos hechos que sólo podían interpretarse en el sentido de que el acuerdo es inminente. Artur Mas recibió la proclamación oficial de los resultados electorales en la provincia de Barcelona e inmediatamente firmó el decreto de convocatoria de la solemne sesión constitutiva del Parlament de Catalunya. Será el lunes a las 11 de la mañana cuando se estrenen los nuevos diputados.
Simultáneamente, Josep Antoni Duran Lleida, líder de Unió Democràtica, convocó para el sábado una reunión extraordinaria del consejo nacional de su partido, que no tendrá otra misión que ratificar el pacto de estabilidad con Esquerra. Los republicanos y Convergència Democràtica ya tenían convocadas las reuniones ordinarias postelectorales de sus respectivos órganos de dirección.
Con este guión, lo único que falta es que Artur Mas y Oriol Junqueras pongan negro sobre blanco la hoja de ruta del nuevo gobierno de la Generalitat y aunque la voluntad de acuerdo no deja lugar a dudas, existen todavía algunas discrepancias que obligarán a ambos líderes a emplearse a fondo y en cierto modo contra reloj. Las prisas forman parte de la táctica negociadora para unos y para otros, probablemente por eso circulaba ayer en los medios políticos una enigmática frase de Oriol Junqueras: “No tengo ninguna prisa, si no es el viernes, continuaremos negociando el sábado”.
El caso es que sobre las 7 de la tarde de ayer en un salón del hotel Avenida Palace de Barcelona se celebró la última reunión negociadora. Era de la comisión para asuntos económicos y dejó abiertos varios asuntos como la reimplantación del impuesto de sucesiones, la creación de nuevos impuestos para los bancos y el cobro del ticket moderador de las recetas médicas. La dificultad económica que supone reducir el presupuesto en 4.000 millones de euros o compensarlo con aumentos de ingresos ha sido lo que más ha costado plasmar en el acuerdo y será sin lugar a dudas lo que costará más de aplicar. En la comisión que integran Andreu Mas-Colell, Albert Carné y Ramon Espadaler por CiU y Albert Castellanos, Pere Aragonès y Francesc Iglésies por ERC, se decidió ayer elevar a Mas y Junqueras la reimplantación del impuesto de sucesiones. CiU ha asumido que habrá que volver a gravar las herencias altas, pero mientras ERC pretende simplemente derogar la reforma que aplicó CiU y dejar el impuesto como lo redujo el tripartito, CiU defiende “modular” las tarifas del impuesto de otra manera. El asunto se ha elevado a la negociación entre Mas y Junqueras porque el president en funciones considera el restablecimiento del impuesto de sucesiones una cuestión personal, puesto que la supresión del tributo fue una promesa electoral suya en el 2010.
Un asunto que parecía resuelto y que no se va a suprimir es el euro por receta, al menos en el presupuesto del 2013. Las exigencias presupuestarias lo hacen imposible y Esquerra parece que lo ha asumido. En cambio, los republicanos sí van a arrancar medidas tributarias que tendrán mayor calado político que incremento recaudatorio, como la creación de nuevos impuestos para bancos y compañías energéticas. Está por resolver cómo se implementan para evitar la fuga de depósitos y está por ver si al adelantarse el Gobierno español con medidas similares deja sin margen a la Generalitat.
La hoja de ruta de la consulta soberanista no ha provocado mayores problemas. El compromiso es firme y todo apunta a que el acuerdo no precisará la fecha en que se convocará a la ciudadanía a ejercer el derecho a decidir. Con todo, sí que planteará un calendario para llevar a cabo los trámites previos.
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