LA VANGUARCIA.- 2013, segundo año de calvario para Rajoy
Lo que no se haga en los seis primeros meses no se hará. Era la máxima que repetía el PP en la oposición en vísperas de acceder al poder, para subrayar que el primer año sería duro. Los españoles lo comprobaron desde el primer día, cuando Mariano Rajoy tuvo que incumplir una de sus principales promesas electorales (la subida del IRPF, que había prometido bajar) y terminó el curso incumpliendo lo que durante esos 365 días había sido su principal compromiso: que no tocaría las pensiones, mientras que a última hora decidió no actualizarlas de acuerdo con el IPC. Medidas duras que le valieron a Rajoy dos huelgas generales. Pero el impulso reformista y la confianza en lo que está haciendo lleva al presidente a mantener su apuesta de cambio para 2013, con dos grandes retos: el paro y el malestar social, al que hay que añadir la reforma más ambiciosa, la de la administración. Eso, y mucho más en todos los ámbitos
La economía como objetivo
Reducir el déficit para evitar el rescate de Europa
Fue la obsesión de Mariano Rajoy en su primer año al frente del Gobierno y lo seguirá siendo en los próximos 12 meses: cumplir con el déficit impuesto por la Unión Europea, y que el Gobierno todavía espera que se flexibilice para este año y para los dos próximos. El objetivo es evitar el rescate, que pende como una losa sobre la cabeza de Mariano Rajoy, que se resiste a solicitar la ayuda de la Unión Europea, por mucho que el rescate para España no tendría nada que ver con el de Grecia, Irlanda o Portugal. Sin embargo, incluiría también duras medidas a aplicar en España, que el presidente del Gobierno está dispuesto a evitar, dado que las medidas que ya está aplicando provocan más recesión económica, lo que hace más difícil que se cumpla la previsión de Rajoy de que en 2013 se empezará a crecer, y en 2014 se creará empleo.
Crecer y crear empleo
El Gobierno inaugurará el año con 6 millones de parados
Otra cifra mítica que se superará, la de los seis millones de parados con los que Rajoy se encontrará nada más empezar el año. Atrás quedaron los 5 millones que tanto reprochó Rajoy a Zapatero. Se alcanzará en este 2013 los seis millones, de los cuales 800.000 serán producto de su gestión al frente del Ejecutivo, a pesar de la reforma laboral de este año. Rajoy está inmerso en un círculo vicioso del que le es prácticamente imposible salir. La recesión a la que condena la austeridad hace imposible que la economía española crezca, y por lo tanto que se cree empleo. El gobierno de Rajoy no tiene margen para implantar medidas incentivadoras que creen empleo y reduzcan el paro. Un desempleo que llevará a que más de dos millones de parados no perciban ninguna ayuda ya del Estado, lo que amenaza a Mariano Rajoy, que ya redujo la prestación por desempleo en sus últimas medidas de recorte, en julio pasado, con una explosión social cada vez más cerca. Uno de los grandes retos que tiene Rajoy para esta legislatura es el plan de empleo juvenil que prometió al llegar al Gobierno, y del que aún se desconocen las líneas generales, para acabar con el dato de que la mitad de los jóvenes menores de 30 años están en desempleo. Un hecho que está haciendo que la generación mejor preparada de jóvenes tenga que emigrar a otros lugares de Europa.
La economía real
En espera de las ayudas a los emprendedores
Eran las primeras medidas que Rajoy iba a tomar, las que ayudarían a lo que Rajoy llamaba la economía real, las ayudas a los emprendedores. Pero un año después los autónomos y las pymes siguen esperando las principales medidas que ellos habían solicitado y que el PP había incorporado a su programa electoral. Será otro reto para Mariano Rajoy, crear ese marco fiscal de apoyo a los emprendedores, con dos medidas principales. La primera, la compensación de deudas, un procedimiento de compensación automática para cualquier tipo de deuda reconocida por una administración pública, de forma que los emprendedores podrán restar de los impuestos que deban pagar lo que les adeudan las administraciones. Y la segunda, la modificación del IVA para que los autónomos y pymes no tengan que pagar el impuesto hasta que hayan cobrado las facturas. Una promesa prioritaria que ha tenido que esperar tiempos mejores, porque el Gobierno no se puede permitir dejar de ingresar dinero, en un momento en el que el problema es la caída de ingresos en las arcas públicas.
Malestar social
Huelgas, paros y protestas sociales en la calle
El Gobierno de Mariano Rajoy encontrará uno de sus principales problemas, durante 2013 en la calle. Si al principio los españoles parecieron admitir sin rechistar los primeros recortes del Gobierno Rajoy y hasta pareció que entendían los sacrificios que se les pedían, la reforma en alguno de los servicios públicos básicos más apreciados por los españoles en las encuestas, como son la sanidad y la educación, han sido las gotas que han colmado la paciencia de los ciudadanos y les ha hecho salir de la calle. Si la primera huelga general que se le convocó a Rajoy, a causa de la reforma laboral, tuvo un seguimiento dispar y no llegó a convertirse en huelga general, la lucha que mantienen los profesionales sanitarios y de la educación amenaza con convertirse en una pesadilla para el Gobierno, que además ha tenido que afrontar situaciones que ni había previsto, como la de los desahucios, ante los que la sociedad se ha rebelado y que parece que ha encendido la llama de la protesta social en la calle. Desde algunos sectores del PP, como el presidente de la Comunidad de Madrid, se pide ya una ley de huelga, pero el Gobierno de Mariano Rajoy se ha apresurado a decir que no es una prioridad para el próximo año, porque una normativa, en estos momentos, podría incendiar más aún la calle. Los sindicatos comienzan el año pensando de nuevo en otra huelga general, para recoger todo el malestar social que hasta ahora se encauza a través de manifestaciones.
Reformas estructurales
Con la vista puesta en el mercado único interior
Es una vieja aspiración del PP, que ha encontrado su razón en la crisis económica. Se trata de elaborar una ley de mercado único para garantizar la libertad de circulación de bienes y de prestación de servicios en igualdad de condiciones en todo el territorio español. Para ello se unificarán todas las normativas regulatorias y que el operador que cumpla las condiciones de su región de origen podrá operar en las demás. Rajoy también pretende, en coordinación con las comunidades autónomas, impulsar un sistema de reconocimiento mutuo de autorizaciones y licencias, que elimine obstáculos a la libre circulación de bienes y servicios por todo el territorio nacional, así como un mecanismo rápido de resolución de conflictos en este ámbito. También se liberalizarán los servicios profesionales para fomentar la competencia, que incluirá una liberalización de determinadas profesiones.
Asignaturas pendientes
La reforma del sector energético, en espera
El déficit del sector eléctrico se ha convertido en una pesadilla para todos los gobiernos desde hace años, y es otro de los grandes retos para Mariano Rajoy. Los objetivos que se ha marcado el PP son la competitividad, la seguridad en el suministro y los efectos medioambientales. La deuda tarifaria acumulada es de más de 22.000 millones de euros y el déficit anual llega a los 3.000 millones. Se trata de hacer un mix energético, en el que quepan todas las fuentes energéticas, sin renunciar a la energía nuclear, pese a que su banderín de defensa de este sistema energético, la central nuclear de Garoña, cerrará a primeros de año. Un reto que se presenta difícil, por los intereses económicos creados, pero que tiene como uno de los grandes objetivos acabar con la dependencia energética que tiene España del mercado exterior.
Controlar las cuentas
Reformar las pensiones para hacerlas sostenibles
No se trata sólo de reducir el déficit para cumplir con los compromisos europeos. El Gobierno de Mariano Rajoy está dispuesto a abordar una reforma de las pensiones que permita su sostenibilidad. Lo quiere hacer por consenso, respetando el pacto de Toledo y esperando que salga de él la propuesta que permita afrontar el futuro de las pensiones con tranquilidad. De momento hará una reforma de las jubilaciones anticipadas y de la jubilación parcial, que ya ha pasado por el pacto de Toledo, y que trata de adecuar la edad legal de jubilación a la real. Lo único que tiene claro el Gobierno, por ahora, es que no se retrasará más la edad a la que los trabajadores podrán jubilarse y que se fijó en 67 años en la última legislatura de Zapatero, aunque la ley, que el PP no apoyó, no entra en vigor hasta el 1 de enero, y de forma paulatina hasta el 2027. La reforma irá por la adecuación entre jubilación, esperanza de vida y años cotizados, y por el tiempo que se computará para el cálculo de las pensiones.
La cuestión catalana
Un año clave para recomponer las relaciones
No todo es economía en la gestión del Gobierno. La política jugará este año un papel muy importante y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tiene retos trascendentales a los que hacer frente, en especial el relativo a la cuestión catalana. Rajoy ha recibido al Govern salido de las elecciones del 25N con prudencia y con la mano tendida, mostrando su disposición al diálogo, pero al margen de palabras, Gobierno central y Generalitat de Catalunya tendrán que emplear mucho tiempo y paciencia para restablecer los lazos rotos desde el desencuentro entre Rajoy y Mas por el pacto fiscal. Recomponer esas relaciones para dar una alternativa a la consulta prevista por el Govern para el 2014 será el gran reto político de Rajoy este año.
El final del problema
ETA y el problema vasco en su recta final
Parece haber dejado de ser un problema. De hecho ni siquiera fue objeto del balance que el presidente hizo el viernes de su primer año de Gobierno, ni los periodistas se interesaron por la cuestión, pero Mariano Rajoy también se enfrentará al reto de encontrar un final definitivo a la banda terrorista ETA, que con el PNV en el Gobierno vasco pedirá más alto una solución para los presos de la organización.
La gran apuesta de Rajoy
Reformar la Administración bien vale un mandato
Es la reforma más ambiciosa de las que pretende abordar el Gobierno Rajoy y no será fácil. De hecho, la primera aproximación que hizo el Gobierno a esta reforma, la de la administración local, provocó una verdadera rebelión entre los propios alcaldes del PP que han obligado al Ejecutivo a suavizar sus planteamientos iniciales. Si difícil está siendo la reforma local, que ya lleva seis meses de retraso sobre el calendario inicialmente previsto, la segunda parte de esta reforma, que debería plasmarse en un proyecto de ley en verano será aún más difícil, porque entrará en la distribución competencial con las comunidades autónomas, para evitar las duplicidades, y se levantarán muchas susceptibilidades y miedos a que se quiera ir a una recentralización, salvo que el Gobierno reduzca sus aspiraciones.
Preparando el futuro
Un acuerdo para la reforma del sistema educativo
Lo intentó José María Aznar y la ley no entró en vigor, y lo quiso hacer José Luis Rodríguez Zapatero y el acuerdo tampoco fue posible. El ministro Wert ha dado los primeros pasos, pero no han sido los más adecuados para lograr ese consenso que parece imposible, tanto con partidos como con comunidades autónomas, y al que se ha opuesto frontalmente Catalunya por lo que considera ataque al catalán, que el Gobierno quiere que deje de ser el idioma vehicular de estudio en esa comunidad.
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