La guarra
La señora Rahola ya se distinguió hace años por dirigirse a la policía que le estaba multando con un “usted no sabe quién soy yo”.
Pilar Rahola ha llamado “guarra” a Dolores de Cospedal en un arranque de furia por unas palabras críticas de la secretaria general del PP con Artur Mas. Sí, luego la catalana ha matizado y modificado su vehemente ataque. Ésa es la calidad de la política-periodista-chica para todo del independentismo catalán. Sí, sí, seguro que Cospedal merece muchas críticas por múltiples y variopintas razones pero estoy seguro de que se asea con suficiente frecuencia para no ser catalogada en ese despropósito que ha arrojado al mundo la señora Rahola.
La señora Rahola ya se distinguió hace años por dirigirse a la policía que le estaba multando con un “Usted no sabe quién soy yo”. Yo entonces escribí que por mucho que quisiera hacerse pasar por independentista era más española que el carro de Manolo Escobar o la cabra de la Legión. El “Usted no sabe quién soy yo-Usted no sabe con quién está hablando” es la estupidez española de más rancia raigambre entre nosotros, qué le vamos a hacer, y enarbolar al mismo tiempo independentismo y españolismo franquista sólo es posible en cabezas cuyas neuronas necesitan pasar por el afinador para ser revisadas y tensadas.
La calidad del insulto vomitado tiene su razón de ser, pues es el estilo preferido en los platós de Tele 5, la cadena que esta ex política catalana convierte con frecuencia en su guarida. Este excremento verbal encaja perfectamente en la patulea que forman algunos de nuestros políticos y expolíticos, barriobajeros, cortos de miras, flojos de entendederas y forjados en la lucha libre en rings de barro, deporte siniestro que ellos confunden con el noble arte de la esgrima deportiva. Intentar desacreditar a alguien con este florido vocabulario sólo demuestra el bajo nivel intelectual de quien lo perpetra, sin duda situado al mismo nivel de su moral y su cultura.
Para que los lectores no queden fuera de contexto les aclararé que Pilar Rahola comentaba unas palabras de Dolores de Cospedal en las que la política conservadora daba por buenas las informaciones de “El Mundo” sobre la fortuna de Artur Mas, informaciones que habiendo sido atribuidas a la Policía fueron negadas por ésta.
Aceptar como buenas las acusaciones a Mas que la policía niega es estupidez propia de quien es sectario y no puede ver la realidad sin las anteojeras de la propia ideología, pero tomar como norma de comportamiento el insulto zafio y grueso, hacerlo públicamente en televisión (y sin que el insultado estuviera presente) es muestra de la baja categoría personal de esta ciudadana. Esto es España, parte de ella.
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