Barra libre
La prueba más reciente de que vivimos en un país que ha hecho de la permanente doble vara de medir su sistema métrico nacional es que la periodista y escritora Pilar Rahola ha afirmado recientemente en una entrevista que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, “es una guarra” y no ha pasado absolutamente nada. No entro a valorar el comentario, sino a decir que si la noticia hubiera sido al revés y la tan severamente motejada hubiera sido la referida periodista, creo que se habrían vivido momentos de extrema intensidad informativa y editorial exigiendo la dimisión o destitución fulminante de la señora de Cospedal por deslenguada, soez y abrupta. Pero a doña Pilar no es que no le hayan tosido; es que ni tan siquiera le han carraspeado. Pero este silencio tolerante y comprensivo o, al menos, la indiferencia ante los excesos que protagonizan algunos ya digo que no es una novedad. Hace unos meses el líder de IU en Andalucía y actual vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, fue grabado refiriéndose a una delegada de la Junta como “la de las tetas gordas” y no hubo protestas feministas, ni peticiones de dimisión, ni iniciativas parlamentarias, ni nada. Silencio y nada más que silencio ante grosería tan henchida. No hace falta que recuerde ahora las maniobras orquestales de críticas que han recibido cargos políticos del PP como Esperanza Aguirre o el alcalde de Valladolid por comentarios igualmente penosos y desafortunados. Pero ya digo que aquí se permite la barra libre en unos casos mientras que en otros se fiscaliza hasta la última gota de contenido. En fin; nada más que eso. Me apetecía decirlo.