TOROS.- Sexto Festejo de Abono
Lució una ganadería Vitoriano del Río con seis magníficos toros tanto de fenotipo como de genotipo, por fin salieron los toros de Almería.
Lució un torero, Torres Jerez, un torero con raza, ninguneado por la empresa Chopera después de abrir la pasada feria la puerta grande, y que fue metido, a regañadientes, por la vía de la sustitución, gracias a la presión de muchos aficionados de Almería, que nos revelamos contra la injusticia.
Salió el toro de Vitoriano del Rio. Como cantaba Farina “toro, torito fiero, con divisa verde y blanca”. Encontrándose con un torero, con hambre de ser figura, haciendo olvidar a los otros dos del cartel, que se llamaban…, bueno, no importa.
Recibió al toro con su sello personal, flexionado la rodilla, dejando claro que se siente bien colocado y no necesita rectificar, uno por la derecha, otro por la izquierda y de repente, erguido, a pies juntos, percal abajo y dos capotazos mas, abre el compás y verónica a verónica, avanzando, ganándole terrenos al toro lo deja en el centro del ruedo a la espera de los caballos de picar. Desafortunadamente se pica al toro en la querencia pero no por mansedumbre, sino por abatares de la lidia.
Y el toro hinca los cuernos en la arena, dándose una aparatosa voltereta, pero el matador toma el capote y como si de un bálsamo se tratara, con unas lentas verónicas, rematadas por una media, recompone al toro para la lidia.
Y los tres Antonios en el redondel, lidiando Osuna, Márquez y Sánchez con las banderillas. Rápidos y eficaces, dejaron al toro listo para la muleta.
Brindis al cielo, a su hermana recientemente fallecida.
Desde la tablas, entre el dos y el tres, comienza con su toreo por bajo flexionado rodilla en tierra y acompañando, con todos los músculos de su cuerpo la embestida del toro.
Sin quebrarlo, paso a paso, ahormándolo en la muleta, se pone en pie y a media altura, sigue acompañando la embestida del buen toro de Vitoriano. Un breve espacio de tiempo para que se reponga el enemigo y a torear por bajo, mandando, templando de arriba a bajo, de adelante a tras.
Toreando como si fuera figura, ya no había nadie en la plaza para el, solo toro y torero, espada y muleta, puerta grande o enfermería.
Series limpias con la derecha, toreo al natural, lento, templado y largo, todos los astros del cielo se alinearon y el toro no paraba de embestir.
Y fue en el tres cuando montó la espada, un silencio inundó la plaza y todos empujamos mentalmente ese estoque, que Torres Jerez hundió hasta los gavilanes en el toro.
Herido de muerte sin remedio se fue para las tablas el animal pero el torero no quiso aguantar la agonía del noble toro y descabelló certeramente.
La plaza parecía un manicomio y por fin la presidencia se rindo ante la evidencia, dos orejas para el torero y vuelta al ruedo para el toro.
Su segundo fue aun mas importante, dado a las complicaciones que tenia el toro, saliendo con la cara alta de los encuentros, pero la firmeza del torero hizo que humillara y lo metió en la muleta, estocada en todo lo alto, se apresuro Antonio Sánchez con la puntilla y el toro lo levanto por los aires, afortunadamente sin consecuencias graves.
Dos orejas mas para el torero que salio a hombros de Antonio Marques padre, del coso de la Avenida Vilches por la puerta grande.
¡Ole torero. Ole!
Crónica de Enrique Fernández
Puedes seguir las respuestas de esta entrada por el RSS 2.0. Los comentarios y pings están cerrados por el momento.