¿Dónde está la ministra Aído?
Esto es lo que se preguntan muchas mujeres, especialmente las miles de mujeres policías y guardias civiles, que ven como son vulnerados sus derechos por un grupo de islamistas magrebies en la frontera de Melilla y además se les retira de los servicios terrestres, y a todo esto Bibiana Aído de brazos caídos.
Mientras la ministra Aído no ha dudado en salir a los medios de comunicación para vender con pasión los productos estrella del ministerio mimado por José Luis Rodríguez Zapatero, ahí tenemos los 1,4 millones de euros del teléfono de orientación en cuestiones relacionadas con los hombres y la igualdad de género; la ministra se limita a leer un comunicado una semana después de iniciados los ataques y vejaciones a las mujeres policías y guardias civiles con destino en la frontera hispano marroquí de Melilla, con el agravante de ser mujeres policías en este caso. ¡Esto es defensa de la igualdad!
Porque no nos engañemos, independientemente de la utilización que Rabat está haciendo de la tensión en Melilla y próximamente en Ceuta para sacarle algo más al gobierno Zapatero, algo que al final pagamos todos los españoles; de lo que se trata aquí es de un acto deleznable contra la igualdad entre hombres y mujeres que existe en España, la misma con la que intentan acabar unos islamistas fanáticos que nos quieren imponer a todos los españoles su falsa interpretación de Corán.
Mientras este ataque duro y directo al derecho de las mujeres en España se produce, la ministra Aído ha demostrando lo que muchos vaticinaban cuando Zapatero creé este ministerio, que todo era un escaparate para vender sus políticas “progresistas”. Ahí está el dinero tirado a la basura para la elaboración de un mapa de inervación y excitación sexual en clítoris y labios menores, toda una provocación en unos momentos de crisis donde más de un millón de familias españolas tiene a todos sus miembros en el paro.
El machismo religioso, del que los islamistas magrebies están haciendo gala contra nuestras mujeres policías y guardias civiles, ha puesto en evidencia el desatino del ministerio de Igualdad y pone en su sitio a una ministra que lapida 135 millones de euros de nuestro presupuesto en nada, demostrando el déficit en igualdad que están padeciendo nuestras agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y la renuncia de la ministra Aído y de todo el Gobierno socialista español, encabezado por José Luis Rodríguez Zapatero, a luchar verdaderamente por la igualdad en nuestro país.
Hoy todos tenemos un poco más claro donde hay que meter la tijera para equilibrar los presupuestos del estado, no nuevamente en los bolsillos de los españoles como dice José Blanco, sino en ministerios que, como el de Igualdad, no sirven para nada, excepto para dar dinero en subvenciones a los amigotes que cometen el mayor genocidio cometido Europa en los últimos años, el aborto.
Lo lamentable de todo esto, además de permitir se vulneren los derechos de nuestras mujeres policías, es que mandamos a nuestros hijos a países islámicos como Afganistán a morir para restablecer los derechos democráticos, entre ellos el de igualdad de la mujer afgana, y aquí no hacemos nada para evitar que los mismos hagan exactamente igual con nuestras mujeres policías. ¡Para eso es mejor traer a nuestras tropas!
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